Regalo de Navidad adelantado :)

¡Hola a todos!

Ya estamos casi casi en Navidad. Otra vez, ¡si es que el tiempo vuela! Sin embargo, este año he debido ser muy buena porque he recibido un maravilloso regalo por adelantado y quiero compartirlo con todos vosotros. :)

Os cuento.

Ya he comentado anteriormente en alguna entrada que soy profe en una escuela de secundaria. La edad de mis alumnos va desde los 12 hasta los 16 años. La más divertida, como muchos bien sabéis.

El caso es que este año decidí hacerles un regalo a todos los chicos para felicitarles estas fiestas. Un pequeño detalle. Compré postales navideñas y en ellas les deseaba una feliz Navidad y también les regalaba una palabra del español. Soy profe de español, ¿qué mejor regalo, si no, podría hacerles que una palabra que pensara especialmente para cada uno de ellos? Han sido palabras de todo tipo (sustantivos, adjetivos, nombres propios...), pero que de alguna manera me recuerdan a ese alumno en particular o que la relaciono con él o ella. Fue todo un ejercicio de reflexión.

Esto por una parte, el contexto. Por otro lado me encuentro que este año tengo un chico de 15 años con quien he tenido un par de conflictos en clase. Esto me ha llevado a intentar tener una charla con él después de clase en ambas ocasiones para buscar una solución. No sabría decir si esas charlas fueron fructíferas porque, de repente, pasó esto que os voy a contar.

Llegó el último día de clase y yo había llevado conmigo las postales para entregárselas a los chicos antes de terminar y así despedirme de ellos hasta después de las vacaciones navideñas. Entregué todas las postales y, obviamente, algunos alumnos me tuvieron que preguntar que significaban sus palabras o tuvieron que buscarlas en un diccionario.

En el caso concreto de este chico no fue así porque la palabra era "motivación" y la entendió inmediatamente. Si bien me preguntó por qué y le respondí: "Porque tú eres mi motivación". En aquel momento, supongo que por hacerse un poquito el gallito (y dado nuestro historial de confrontaciones, charla con su tutora incluida) gritó ante sus compañeros (en inglés, mal que me pese): "I'm the teacher's motivation!"

Ahí quedó la cosa. Nos despedimos todos con sonrisas, abrazos y muchos "¡Feliz Navidad!" y "¡tú también!"

El regalo, el mío, digo, llegó después, estando una tarde en casa. Al móvil me llegó un Whatsapp de este alumno del que os hablaba. Os adjunto una foto del inicio de la conversación porque creo que puede ayudar a entender la situación. De verdad, para mí esto fue muy importante.


Como podéis ver, él se dirigía a mí en inglés, cosa que hacen todos porque para ellos es infinitamente más fácil que hacer el esfuerzo de pensar e intentar escribir en español. Cosa que entiendo, a ver, que yo también he sido estudiante y la ley del mínimo esfuerzo es sagrada. Pero como buena profesora "malaje" siempre les pido que se pasen al español, aún teniendo que usar para ello un traductor. No me importa. Lo principal es que vayan asumiendo que conmigo deben intentar comunicarse en español. Quiero crearles esa necesidad que de otra forma no tendrían.

La sorpresa llega ahora cuando contesto a este chico, sin simplificar mi discurso ni una mijita, expresándome como realmente quería y me sentía y asisto, admirada y totalmente pillada desprevenida, como durante más de media hora tenemos una conversación que antes habría considerado impensable con él y sobre todo en la que este chico hace una esfuerzo titánico puesto que el proceso comunicativo fue el siguiente:

mi mensaje > copia > pega > traduce > entiende > responde > copia > pega > traduce > envía.

Quizá soy una exagerada, pero a mí se me siguen poniendo los pelos como escarpias. No podía, ni puedo, salir de mi asombro por lo que ocurría en aquel momento. Un chico problemático con el que de repente podía tener una conversación en español, totalmente coherente y madura, y al que no le importaba pasar por todo ese proceso largo y tedioso porque lo importante era la comunicación. Comunicar. Sí. Tan simple y tan difícil al mismo tiempo. Eso de lo que se nos llena la boca a los profes. Nuestro monotema. Y es verdad, que no digo yo que no, que somos profes de idiomas y, al final, nuestra asignatura va de eso, ¿no?

La conversación termina con un mensaje que ya me tumba por completo: "No he hablado con nadie así por mucho tiempo".

Ay. Ay. Ay. Qué equivocados estamos algunas veces los profes cuando, como un mantra, nos repetimos hasta la saciedad eso de que es que con los adolescentes no se puede hablar. ¿No será que quizá en vez de tanto hablar lo que tengamos que hacer es más escuchar?  ¿Y dejar que sean ellos lo que hablen?

Yo ya he recibido mi regalo de Navidad. Muchas gracias, queridos Reyes Magos. Se ve que la diferencia horaria se os ha ido un poquito de las manos, pero bienvenida sea, no podría haber pedido nada mejor ni en un momento más oportuno. ;))

Una última cosa, no quiero con esto decir que los problemas con este chico hayan desaparecido de un plumazo. A ver qué tal la vuelta a las clases en enero. De lo que estoy taaaaaan agradecida es de haber tenido la oportunidad de conocerle mejor, de saber qué necesita, qué quiere, qué le preocupa. He descubierto aspectos de él que no hubiera imaginado: miedos, complejos, preocupaciones, retos, intereses, etc. que hasta ahora habían sido un misterio.

No sé si compartiréis conmigo este pensamiento, pero aquí lo dejo por si a alguien le resultara útil. Para muchos alumnos los profes somos el enemigo. Así nos ven muchos aunque no nos guste, especialmente en las asignaturas obligatorias. Quizá tampoco podamos ser amigos por un claro conflicto laboral, como yo lo llamo. Pero sí que tenemos (y debemos tener) objetivos comunes. Así pues, si bien no seremos amigos, ¿por qué no aliados?

¡¡¡FELIZ NAVIDAD Y UN MARAVILLOSO AÑO NUEVO PARA TODOS!!!


Desde una nevada Letonia, con cariño,

Elena

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