¡Muy buen día a todos!
Desde mi pequeño rincón de trabajo quiero dejaros hoy por aquí una actividad que ya conocéis para practicar el imperativo, tanto positivo como negativo. La actividad es la misma que ya teníais en este mismo blog, solo que la primera versión se remonta a 2016 ni más ni menos. Recuerdo que aquel día fue especialmente lluvioso en mi muy echada de menos Riga y, la verdad, ha llovido bastante desde entonces (más en Letonia que en España, me temo) 😪.
El caso es que aquella actividad que subí en su momento, he tenido ahora la oportunidad de actualizarla estéticamente, pues hasta los tiempos cambian para eso. Yo soy una creyente ciega de que el diseño de las actividades es igual de importante que el contenido. A los estudiantes también hay que saber presentarles los materiales para que les entren por los ojos, les resulten atractivos y contribuyan a mantenerlos enganchados y motivados. No depende únicamente de esto, por supuesto, pero es una parte. Y en esta ocasión ha sido lo que he querido mejorar.
Con este material podréis plantear una actividad a vuestros alumnos que les ponga en la situación de tener que usar el imperativo (ambos o solo uno de ellos, es muy maleable).
Como veréis, primero tenéis una ficha de presentación de la actividad que ayudará a los estudiantes a activar conocimientos previos, podréis establecer una pequeña conversación rompehielos o simplemente pedirles que expongan sus hipótesis sobre qué ocurrirá a continuación durante la dinámica que les vas a plantear. Igual nos dan nuevas ideas que podemos añadir a nuestro recetario docente. 😉
Tras la presentación, puedes repartir las tarjetas entre los alumnos. La agrupación dependerá de ti, los alumno que tengas ese día en clase, cómo quieras trabajar con ellos, etc. Yo aquí lo planteo en grupos de tres: la persona que ha de tomar una decisión de acuerdo a la situación que le haya tocado, otro alumno que asumirá el rol de ángel y otro de demonio. Pero todo se puede adaptar.
Las situaciones que os vais a encontrar en estas tarjetas son las mismas que en la versión de 2016. Y como ya dije cuando publiqué aquella entrada: hay una situación basada en una experiencia personal real... ¿Cuál será? ¿Y qué creéis que hice yo? Este es otro enfoque que podéis darle para añadir un poco más de incertidumbre al juego. Tomad una tarjeta y leédsela a los estudiantes, dejad que ellos sean vuestro ángel y demonio. Dadles también tiempo para que decidan qué creen ellos que haríais. Quizá os conocen mejor de lo que imaginabais, jejeje. 😁
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